Tuesday, October 25, 2005

IMPONER

Mi afán nunca ha sido el de imponer nada, precisamente este blog sirve para exponer ideas, convencer a través de la palabra, del lenguaje escrito. Vamos por partes, mis creencias son unas, muy específicas, las de los demás en términos generales son diferentes (nunca he encontrado a nadie que piense igual que yo, el día que pase me da un paro cardiaco). Con argumentos y sustento trato y trataré de que los demás piensen parecido a como pienso yo, no soy un ser pasivo al que no le importa que los demás digan o piensen tal o cual. Por el contrario me gusta debatir y retroalimentarme. Lo que yo creo es un conjunto de ideas que no necesariamente son mías, no me propongo como el autor de esos pensamientos, los tomo como míos, los abrazo, los medito y necesariamente los interpreto. La opinión que tengan los demás, no sólo es válida, es necesaria e invariablemente trascendental para mi propia opinión. Es por eso que lo que piensen los demás lo respeto y le doy el máximo valor. Y es precisamente por eso que piensan las demás personas que me he decidido a escribir este blog. Mi meta es cambiar su forma de pensar, ese es mi fin último, pero si este fin no se cumple en el camino habré logrado algo que tal vez pueda ser más importante. Lograr que reflexionen su propia forma de pensar basándose en la mía.
Atrevido... petulante... tal vez. Pero no me escudo en falsas humildades de decir que cada quién piense lo que quiera, ni vivo una vida irreflexiva para evitar la flojera de pensar.

Wednesday, October 19, 2005

HISTORIA

La historia siempre estará sujeta a conjeturas y a interpretaciones. Pese a ser una ciencia siempre tendrá el defecto que seres humanos con predisposiciones la han escrito. Las investigaciones sobre documentos antiguos tendrán el mismo problema. Sobre la verdad de los hechos habrá opiniones diferentes e interpretaciones sesgadas. Se le aplica el método científico pero todas las comprobaciones están sujetas a muchísimos factores a su alrededor para que se pueda verificar su certeza. Con las matemáticas y la geometría el asunto es otro, las variables son constantes, el método es el mismo, la predisposición es una o varias pero siempre bien definidas.
Y por más que en la historia usemos uso de las matemáticas para sumar hechos, restar puntos de vista y sumar otros, tendremos que elaborar sobre los hechos definiciones exactas para podernos acercar levemente a la verdad.
La definición exacta de las cosas sin la búsqueda de comparaciones ni metáforas nos guiará en ese camino.
Pero habremos de tener cuidado en el uso de esas definiciones. El lenguaje por sí sólo es ambiguo y a su vez sujeto a interpretaciones.
Estos pasos nos pueden acercar a la luz del conocimiento humano y del universo. Nos llevarán a encontrarnos con sustentos fuertes y bien definidos de qué sómos y cómo somos. Porque la belleza del pensamiento humano radica en esa búsqueda de identidad y de resolver la simple pregunta de ¿por qué?. Y encontraremos respuestas en el camino que nos darán la fuerza o la debilidad para seguir. Y encontraremos propósitos diversos dependiendo a su vez de lo sesgada que tengamos la información que recibimos.
A mí en lo particular sólo me queda usar la fuerza de esos datos y las metáforas (que no debemos de usar en las definiciones exactas) como instrumentos de persuasión para comunicarle a la mayor cantidad de personas posibles que sus definiciones preconcebidas son erróneas, que han vivido y crecido creyendo lo que no es y lo que no existe. Que la evidencia da cuentas clarísimas de que creer en el ser supremo que todo lo gobierna y que todo lo controla es tan absurdo como pensar que la tierra es el centro del universo (ahí van las metáforas).
Por lo pronto pensaré en cómo usar esas metáforas para persuadirlos a todos ustedes de que Dios... no existe. Es un invento de la historia.

Tuesday, October 18, 2005

AMOR

El verdadero amor está en el reto del no obtener lo que quieres.

Monday, October 17, 2005

LEER

Me gusta leer. No lo niego, pero la verdad sea dicha es que no leo tanto. Soy un lector fácil, un lector de encabezados, un lector que se salta párrafos. Leo el periódico pero no leo las notas completas, sólo las cabezas y uno que otro párrafo. Los libros me siguen costando mucho. Alguna vez escuché en el radio a Carlos Monsiváis analizando una encuesta sobre las lecturas de los políticos. Las preguntas eran sobre cuál había sido su primer libro, cuáles eran los que más les habían gustado, cuál estaban leyendo en esos días y cuál fue el último libro que leyeron completo. Monsiváis destrozó a todos los políticos. Su argumento era que si los políticos eran tan iletrados entonces qué país nos iba a tocar. Entre los políticos que recuerdo eran Madrazo, Ricardo Monreal (cuando era gobernador de Zacatecas), Jorge Castañeda, Arturo Montiel, Roberto Madrazo, Cuauhtémoc Cárdenas y otros. Y algunos decían cosas absurdas en donde mencionaban libros que habían leído en su infancia, cuando en realidad eran libros que ni se habían publicado, otros leían novelas baratas, casi todos mencionaban al Principito y que actualmente leían novelas también sin mucho valor literario. Como ya mencioné Carlos Monsiváis los hizo pedazos.
Sin duda alguna tenía razón en criticarlos. Pero lógicamente yo también me empecé a preguntar qué había leído yo que valiera la pena. Es más ¿qué había leído yo en absoluto?. Y la lista de libros que me vino a la mente fue cortísima. Y algunos libros sólo los he ojeado, otros sólo los he visto en el librero. Otros sólo me sé el título. No he leído, no hemos leído. Entonces... ¿cómo puedo yo afirmar que me gusta leer?. Se puede contar como lectura ¿el periódico?, ¿las revistas?. ¿Nos acerca eso a la literatura?. ¿Quién puede decir que ha leído las grandes obras de la literatura universal?. ¿Quién ha leído completo el Quijote, a Shakespeare, la Divina Comedia de Dante, la Iliada y la Odisea, 100 años de soledad, Crimen y Castigo?. Pocos responderán afirmativamente, y aún menos me podrán responder exactamente de qué trata cada texto mencionado. Me podrán decir que han leído uno o dos, pero nunca todos, me dirán que prefieren leer a Harry Potter o a Dan Brown (con su famoso Código DaVinci).
Conclusiones no tengo, me encuentro sin una respuesta. Si a mí que presumo de que me cuesta leer no puedo realmente decir que he leído algo que sea en verdad valioso, mucho menos puedo siquiera soñar con escribir algo que valga la pena.
Intentaré leer algo más sustancioso. Pero cuesta, no es fácil. Por lo pronto comenzaré por leer un artículo sobre el pueblo soberano de Irak en el New York Times y después me seguiré por la columna de Catón “De política y cosas peores” en el Reforma de México.

ODIO

Odio que se esconda.

Tuesday, October 04, 2005

ESCRIBIR y LEER

¿Por qué escribir?, ¿por qué leer?. Si tenemos un afán de plasmar nuestras ideas en algún lado... ¿por qué se vuelve tan difícil hacerlo?. Los medios que tenemos a la mano son en verdad complicados. Un diario, que es el primer medio que se me viene a la mente, implica varios problemas y consideraciones. El primero es que hay que escribir a mano. Y para mí que nunca he estado acostumbrado resulta verdaderamente complicado hacerlo. El segundo es que existe un estereotipo de que los diarios son instrumento de las mujeres para plasmar sus traumas, sus miedos y además sus cursilerías. Reitero que es un estereotipo del que no estoy de acuerdo, pero que se toma en cuenta muy en lo profundo del ser para llevar un diario o no.
Más metodos para plasmar pensamientos: grabarlos en cassettes, documentos de audio que pueden quedar para la posteridad. También se pueden grabar en video. Sin duda una mejor forma de quedar ahí por generaciones, pese a que las tecnologías cambian y los formatos también existe la posibilidad de que estos documentos de audio y video se digitalicen y se conviertan en documentos permanentes sin riesgo del deterioro creado por el tiempo.
Otro método es sin duda la computadora. Puede uno dedicarse a crear documentos de texto como éste que estoy haciendo y almacenarlo bajo un nombre en una carpeta dentro de otra carpeta llamada “Documentos”. Sin duda es una buena opción.
El último método del que quiero hablar es el Internet. Ahí las modalidades y las formas de crear archivos de texto, audio, video es casi infinita. Pero es precisamente en el Internet en donde tenemos que hacernos la primer y segunda pregunta de este texto.
¿Por qué escribir?. Sin duda al plasmar nuestros pensamientos lo que buscamos puede ser muy distinto. Habrá quien quiera escribir para colocar sus ideas que ha tenido en un momento exacto de tiempo y espacio. Luego, después de algún tiempo volverá a leer sus propios textos y posiblemente reirá y dirá que cómo era posible que yo a esa edad haya podido escribir semejantes barbaridades. Personas así escribieron para sí mismos. Una carta personal sin el afán de buscar ser leída por otras personas (la carta empieza a tomar vida propia).
Hay otras personas que escriben para expresar sus pensamientos y sentimientos a una persona en particular. Son textos bien dirigidos, estructurados, aunque necesariamente locales. No tienen sentido para los demás y no buscan trascender en tiempo y espacio.
Finalmente existen personas que, como yo, lo que buscan es expresar sus ideas para que éstas sean leídas por otros. Por supuesto que existe de fondo un afán de influenciar a los demás con lo que escribimos; es más, muy en el fondo buscamos que los demás piensen exactamente como nosotros, que nos digan que nuestras ideas son perfectas y que tenemos razón en todo.
Pero también estamos conscientes de que esto no es posible, que lo que yo diga o escriba es sujeto de debate y de negación. Es más, es sujeto de injuria y de ataque. Y lo que da el Internet, y en particular este nuevo medio, el blog, es que existe una plena libertad no sólo para que el lector sea influenciado, sino para que el escritor mismo cambie de opinión debido a que sus ideas son rebatidas, atacadas y hasta son objeto de burla.
Y es por eso que quiero ÉSCRIBIR, porque a final de cuentas lo que quiero es LEER lo que los demás digan de mí, de mis ideas y de mis conceptos. Tengo la libertad de escribir lo que se me pega la gana y de que además nadie tenga ni idea de quién soy, ni dónde vivo, ni de cómo soy en realidad (físicamente hablando), porque al escribir lo que uno está haciendo realmente es retratando su propia alma y espíritu intelectual (aunque dudo mucho de ser un intelectual, me considero más un retrasado, pero eso será objeto de otro escrito).