Friday, September 28, 2007

QUÉ BUSCO

Desde hace tiempo me di cuenta de que soy una persona querida. La gente me quiere per sé. No nesesito hacer un gran esfuerzo porque me quieran. Y no quiero parecer un soberbio patán engreído (aunque lo sea no es mi intención). Sólo quiero explicar bien este punto.
Va de nuevo... no busco que me quieran... sólo busco que me admiren.
Y desde siempre, desde que tengo memoria, mi mayor anhelo es ese: ser admirado. Mis actos, mi trabajo, mis palabras. Todas ellas van encaminadas a demostrarles a los demás que soy objeto de admiración.
Pero no una admiración física, no soy sujeto de portada de revisa, todo lo contrario, toda mi vida he rehuído a las fotos.
Quiero que me admiren por lo que soy, por ser exitoso, inteligente (más que los demás -ahí la soberbia-), por ser simplemente mejor que los demás. Quiero que la gente piense eso de mí. Quiero que todo mundo pueda decir eso de mí. Que soy el de los menores errores y mayores aciertos. Quiero que se den cuenta de que mi capacidad de razonamiento se encuentra por arriba del promedio y que al pensar en Frank piensen en un ser de inteligente y fuera de lo común. Un poco feo pero eso no importa.
Eso quiero, lo confieso. Me sentí con ganas de expresarlo. Lo mejor, sé que aquí nadie me escucha. Mis pensamientos están seguros en un sitio público. El día que alguien lo lea me va a dar mucha pena.
Y como siempre digo. Usted no se apene.

Wednesday, September 26, 2007

AL AIRE ETERNO

O a mi dedito...

Dedito... me haces mucha falta, sin ti no puedo escribir la p, la ñ ni los acentos. Me sirves para rascarme y regularmente te ando cortando tu uñita que te crece demasiado rápido. No me sirves para maldita sea la cosa más que para escribir en el teclado pero de todas maneras tu ausencia significaría mi desgracia y mi mutilación. Me convertiría yo...
En el güey sin dedito y eso me marcaría de por vida, sería yo el hazmereir de los compañeros de la escuela de mi hijo. Ya no se burlarían de mi por ser orejón y narizón, se burlarián por ser... el güey sin dedito. Y eso me provocaría gran tristeza, más tristesa de la que me provoca actualmente que ni me respondan ni me lean. Pero no importa. Nos tenemos el uno al otro, y eso me consuela.

El aire no lo puedo tocar, y mi dedito... pues por lo menos ahí está para cuando lo necesite.