Monday, July 02, 2007

LIBERAL

Frank Miller

Y ahora mi definición.

Aquí, especialmente en la sociedad texana wasp el liberalismo suele siempre ser asociado al Patido Demócrata, en donde aquel que habla de libertades habla invariablemente de un estado grueso y burocrático, de "libertinaje" sexual y cultural, de unions, de sindicatos, de derechos laborales y sociales, de acción afirmativa. El liberal no está en favor de la portación y posesión de armas (un derecho que no sólo en todo el país sino particularmente para los texanos es básico y garantizado en la Constitución) la LIBERTAD de tener tu pistola.
Y aquí empiezan las contradicciones... ¿por qué los liberales (llámense del partído demócrata) están en contra de la libertad de traer pistola?
¿Por qué la catalogación de liberales y conservadores va en función de si eres republicano o demócrata? Acaso nadie se ha dado cuenta de que los republicanos son liberales en lo económico y conservadores en lo social y cultural? Y al revés ¿los demócratas son liberales en los derechos civiles al tener un sentido igualitario y conservadores en lo económico por este mismo sentido?
Son preguntas... las respuestas tal vez sean más sencillas que las primeras, pero mi posición puede ser aún más simple que todas ellas:
Haz lo que quieras siempre y cuando no afectes a los demás.
Y de lo simplista de mi frase (¡y cómo odio las frases hechas!) voy a lo profundo de mi pensamiento.
Eres libre de creer lo que quieras.
Eres libre de creer en Dios o no. (Y yo creo que dios -así con minúscula- no existe).
Eres libre de dedicarte a la actividad que quieras, siempre y cuando no sea ilegal (lo que convierte a esa actividad en algo que afecta a los demás).
Eres libre de amar a quien quieras y como tú quieras.
Eres libre de amar a alguien de distinto sexo.
Eres libre de amar a alguien de tu mismo sexo. (Y esa persona tiene que estar de acuerdo para no verse afectada, lo que refiere a la máxima inicial).
La libre empresa entonces también cabe perfectamente en la definición. El libre mercado, el liberalismo económico, el neoliberalismo. Todas también son parte de las libertades individuales y colectivas que entonces tenemos.
Y entonces de la contradicción estadounidense voy a la contradicción mexicana.
Los liberales económicos de la libre empresa, son decididamente conservadores en lo que respecta a la vida íntima y personal de la gente (llamémosle genéricamente panistas). Y por el contrario, aquellos que defienden las libertades civiles, religiosas y sexuales son decididamente socialistas en lo que respecta al manejo económico de la empresa privada (llamémosles perredistas).
¿Dónde queda resuelta la contradicción?
Pues en la gente. En la libertad de cada uno de optar por sus propias creencias. En la libertad de decidir si quieren abortar antes de las 16 semanas de gestación, o en la libertad de llevar a término un embarazo, en la libertad de emprender un negocio bien, muy bien remunerado, o en la libertad de pelear y luchar por sus derechos sindicales. La gente establece el equilibrio, la gente es la balanza, y a final de cuentas es la que según sus creencias y su tolerancia establece las bases para las nuevas reglas.
Al fin y al cabo la libertad de pensamiento nadie nos la quita.

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