Teledrama sangriento
En su afán de incrementar su rating o de influir en las decisiones de las autoridades, las televisoras Multimedios, TV Azteca y Televisa tomaron partido y convirtieron en un melodrama la tragedia protagonizada por Diego Santoy Riveroll y Érika Peña Coss y León: el asesinato de los hermanos menores de Érika, cometido el pasado 2 de marzo en condiciones aún no esclarecidas, señala Proceso en su edición 1538 de este domingo 23 de abril.
Sin ninguna medida para mantener la investigación en sigilo, como lo ordena la ley, el caso está plagado de confusiones y contradicciones. En parte es responsabilidad de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la cual ha permitido que, a poco más de un mes de los hechos, ya se conozca públicamente todo el contenido de la averiguación previa 12/2006/1-1, integrada el 2 de marzo pasado y que consta aproximadamente de mil fojas.
Completo o en partes, dicho expediente ha pasado de mano en mano. En televisión y en la prensa se han exhibido incluso páginas con declaraciones de las personas implicadas, con lo cual en todo el país se conocen detalles de la vida privada de todas las personas implicadas en el caso.
En su abierta competencia, Multimedios y TV Azteca-Monterrey no sólo han dado a conocer detalles de la investigación, sino también suposiciones sobre la trama criminal, en la que los propios comunicadores “adulteran la realidad legal con suposiciones, interpretaciones y opiniones que han confundido a la gente”, como afirma la abogada defensora de Diego Santoy, Raquenel Villanueva. Lo grave es que la televisión ya influyó en la sociedad: “Para la gente el único culpable es Diego”. Sería lamentable que ese medio también haya impuesto una verdad social que presione a las autoridades a inclinarse en contra de mi cliente, comenta en el reportaje que aparece este domingo 23 de abril en la edición 1538 de Proceso.